Odontopedriatría

El cuidado de la salud bucodental de los niños es de una importancia capital, pues de ello va a depender el estado de su boca el resto de la vida. Los dientes temporales, o dientes de leche, deben empezar a cuidarse desde que el primer diente aparece en la cavidad oral. Es necesario educar a los niños desde edades tempranas en el empleo de técnicas de higiene bucodental, así como acostumbrarlos a llevar una alimentación sana y equilibrada. No es aconsejable introducir alimentos ricos en azúcares en la dieta de los bebés, evitando hábitos como introducir el chupete en alimentos dulces o dejar a los niños con el biberón con productos azucarados durante mucho tiempo.

Los dientes temporales cumplen varias funciones, sirven para que los niños aprendan a masticar, a hablar y guían la erupción de los dientes definitivos. Aunque van a estar en la boca sólo unos años es importante conservarlos en buen estado hasta el momento de su exfoliación, ya que la pérdida de uno de ellos tendría consecuencias para la erupción de su sucesor definitivo si, por ejemplo, se cierra el espacio que mantenía el diente temporal. Por todo ello es necesario tratar las caries que aparezcan en los dientes temporales lo antes posible o consultar con el odontólogo la pérdida de cualquier diente temporal que se produzca de manera prematura, para poder instaurar el tratamiento adecuado en cada caso.

Se recomienda que los niños visiten al dentista cada 6 meses para diagnosticar de forma precoz cualquier patología que pueda aparecer y realizar los tratamientos preventivos que sean necesarios; como la aplicación de geles de flúor o selladores de surcos y fisuras. Los selladores de surcos y fisuras se emplean para prevenir la aparición de caries en los surcos de los molares permanentes, que empiezan a erupcionar a los 6 años. La mayoría de las caries que aparecen en niños de entre 6 y 14 años comienzan a formarse en los surcos de esos molares, porque son zonas a las que las cerdas del cepillo de dientes no pueden acceder. Los tejidos dentales no pueden regenerarse por sí solos y cualquier pérdida de tejido como consecuencia de la caries es irreversible. Los selladores de surcos y fisuras van a prevenir esa pérdida irreversible de tejido dental por caries en niños y pacientes jóvenes.

El diagnóstico precoz por parte del ortodoncista es igualmente importante en el caso de alteraciones de la posición de los dientes o de la oclusión. En ausencia de tratamiento, algunos de estos problemas pueden derivar en graves alteraciones de crecimiento de los huesos de la cara, que pueden evitarse de manera sencilla con la instauración de aparatos funcionales y de ortopedia. Por lo tanto, es primordial diagnosticar a los niños en edad de crecimiento para resolver estos problemas antes de que el desarrollo de los huesos haya finalizado.

De igual importancia es el diagnóstico precoz de malos hábitos funcionales, que de no corregirse en edades tempranas pueden dar lugar a maloclusiones y problemas de estética facial en el futuro. Algunos ejemplos son la deglución atípica o deglución infantil, la respiración oral, el uso prolongado del chupete, la succión digital, etc. En ocasiones, el tratamiento de estos pequeños pacientes será multidisciplinar, requiriendo la colaboración del logopeda o el otorrinolaringólogo.